El Real Madrid suma su octava clasificación para las semifinales de la Champions League en la última década. Unas cifras que reflejan que el ADN madridista obliga siempre a dar el máximo y a pelear por levantar la máxima competición, pese a que no sean ni mucho menos favoritos. Unos números que reflejan a la perfección la gran etapa por la que pasa el club blanco y la debacle del FC Barcelona en este tiempo, puesto que sólo ha estado presente en tres de esas 10 últimas semifinales.
Mientras que Xavi Hernández afirma que el Barça «es el club más exigente y difícil», debido a la obligación de ganar jugando bien y estar siempre peleando por los títulos, la realidad muestra una cara bien distinta. Los culés sólo han disputado tres semifinales de la máxima competición desde 2013, superando sólo una de ellas, en 2015, cuando consiguieron ganarla ante la Juventus. Aquella fue, además, la última campaña del actual técnico culé como jugador azulgrana.
Los barcelonistas han jugado sus últimas semifinales de Champions en las ediciones de 2013, 2015 y 2019, siendo eliminados por Bayern y Liverpool en la primera y en la última e imponiéndose en el año que alcanzaron la final al conjunto bávaro. Esta temporada tampoco estarán, aunque sí que podrán disputar las de la segunda competición continental, la Europa League.
En el caso del Real Madrid, los blancos han certificado contra el Chelsea su octava semifinal en 10 años y la décima en los últimos 12. Desde 2011, los blancos han sido unos fijos en la ronda previa a la final, salvo en las temporadas 2018-19, donde cayeron contra el Ajax, y en la siguiente, en la que su verdugo fue el Manchester City. En ese tiempo, han conseguido cuatro Copas de Europa, en 2014, 2016, 2017 y 2018 y esta temporada aspiran aún a proclamarse campeones en París, el próximo 28 de mayo.
Una generación de campeones
Se demuestra una vez más que el ADN del Real Madrid lleva consigo la obligación constante a superarse y al éxito. Una genética que encarna a la perfección la generación actual de futbolistas que integra la plantilla madridista. De hecho, la mayoría de ellos han estado presentes en los éxitos más recientes del equipo, siendo partícipes de gran parte de esas ocho semifinales en los últimos años.
Los más veteranos de la plantilla madridista, como son Modric, Kroos, Benzema, Casemiro o Carvajal, cuentan con cuatro Champions en su haber y que están acostumbrados a estar en las cotas más altas. Aún así, la idiosincrasia de la entidad les obliga a dar el máximo y a no renunciar ni en los peores momentos a conseguir un nuevo cetro europeo. Su presencia en el vestuario sirve, además, para contagiar a los noveles, como son Valverde, Vinicius o Camavinga –futuro del club–, de ese espíritu de superación que exige el escudo blanco.
De ahí que hayan resurgido en momentos en los que nadie lo esperaba, para estar de nuevo en la pelea por una nueva Copa de Europa. Ya sea cuajando una gran actuación coral, por una irrupción inesperada que cambia el guion del partido o por una o varias individualidades aisladas, el caso es que el Real Madrid acaba dando la cara en la máxima competición y peleando en las rondas finales por el título. Así ha sucedido a lo largo de la historia y así está siendo, en esta década para el recuerdo en el Santiago Bernabéu.